Cirugía de abdomen o liposucción abdominal con el Dr. Marco Amaya
Técnica quirúrgica consistente en la eliminación del exceso de piel, grasa y restaurar la tensión muscular de la zona abdominal.
Técnica quirúrgica consistente en la eliminación del exceso de piel, grasa y restaurar la tensión muscular de la zona abdominal.
Conseguir remodelar la zona abdominal y la cintura después de embarazos, aumento significativo de peso, pérdida del mismo o envejecimiento.
Oscila entre las 2 y 3 horas aunque puede variar según la complejidad de la intervención.
Se lleva a cabo mediante anestesia general y es necesario el ingreso hospitalario de la persona en nuestro servicio. Los pacientes son internados 48 horas para máxima seguridad del paciente.
La intervención es más aparatosa que dolorosa. La zona abdominal queda dormida los primeros días, sin embargo, al toser o reír, aparecerán molestias en la sutura de los rectos.
No se trata de una intervención estética sino reparadora, con ese criterio el nivel de satisfacción es muy alto.
Es una las recuperaciones más lentas. Para una actividad laboral tipo oficina a las 2 semanas se podría incorporar, si evoluciona favorablemente.
La abdominoplastia es el procedimiento quirúrgico por el cual se reconstruye la pared abdominal, eliminando el exceso de piel y grasa, a la vez que se restaura la musculatura abdominal. Es un procedimiento que puede realizarse a mujeres u hombres, siendo más frecuentes a las primeras.
El objetivo es dejar un abdomen plano y firme, tras una pérdida de cintura por embarazos, ganancia o pérdida significativa de peso o envejecimiento. El resultado obtenido no puede conseguirse con ejercicio físico o dietas.
La abdominoplastia es uno de los procedimientos que más se ha incrementado en los últimos años. Bajo mi punto de vista es una intervención que solo puede considerarse en los casos en los que exista un problema real, diastasas de rectos manifiesta o dermatocalasia (flacidez abdominal) muy marcada. No puede considerarse un procedimiento estético.
Recogemos las recomendaciones científicas más actualizada publicadas en Aestethic Surgery Journal de Mayo de 2019 Evidenced-Based Approach to Abdominoplasty Update.
Como en toda intervención es esencial una correcta evaluación previa de los pacientes con especial interés sobre el hábito tabáquico, la obesidad cuando el IMC>30 y las historia previa de trombosis venosas profunda. Sin olvidar la medicación previa, la función intestinal, complicaciones quirúrgicas previas como sangrados, infecciones o vómitos.
El tipo de anestesia utilizada para esta clase de intervenciones es general con inducción intravenosa y mantenimiento inhalatorio, durante el cual, el paciente estará dormido hasta la finalización de la misma, por tanto no percibirá dolor. En intervenciones como mini-abdominoplastia podrá utilizarse anestesia local más sedación, quedando así insensibilizada la zona abdominal.
Nosotros empleamos siempre anestésicos locales para que en las primeras horas las molestias sean las menores.
Días antes de la intervención se realiza un estudio preoperatorio. El día de la cirugía debe presentarse en admisión con nuestra carta de presentación, desde allí se le acompañará a la habitación que se le asigne.
Una vez en la habitación, las enfermeras comprueban que dispones de toda la documentación, te entregarán el pijama quirúrgico y hacen una primera toma de constantes. A continuación, te invitan a que te vayas al baño, para colocarte el pijama quirúrgico y procedas a meterte en la cama. Poco después llegará el celador para llevarte al área quirúrgica, donde se te cogerá una vía.
Nuevamente, se comprueba toda la documentación y se realiza un nuevo check list antes de llevarte al quirófano, donde te presentaran al personal del quirófano. Esto será lo último que recuerdes, la inducción anestésica es muy rápida y las medicación te produce cierta amnesia. Lo siguiente que recuerdes será en la zona de recuperación postanestésica.
Permanecerás allí durante 30-90 minutos trascurrido ese tiempo te subirán a la habitación.
No podrás tomar nada pasadas 6 horas de la cirugía, pasado ese tiempo podrás iniciar la tolerancia a líquidos.
No se te indicará que te levantes hasta pasadas 8-12 horas. La primera vez que te levantes es muy frecuente marearte por lo que debes hacerlo siempre acompañada y siguiendo las indicaciones de las enfermeras.
El ingreso durará entorno a las 48 horas, tiempo que también llevarás unos drenajes. Algunas pacientes, sobre todos aquellas con sobrepeso es frecuente que permanezcan con drenajes más tiempo, pudiendo llevarlos hasta 2 semanas.
En el informe de alta vendrá indicada la medicación que tienes que tomar, así como la fecha de la primera revisión.
La duración de esta técnica quirúrgica puede variar dependiendo de la complejidad de la intervención, pero suele estar en torno a las 2 o 3 horas. Si la cirugía se acompaña de otro procedimiento o intervención, el tiempo puede aumentar.
En primer lugar, armarse de paciencia. La recuperación es lenta.
Debemos contar con alguien que nos asista durante los primeros 3-6 días en casa y asegurarnos de que si hay niños, sean atendidos por la persona que os asiste, porque por descontando, durante la primera semana seréis un niño más. Necesitareis asistencia para ir al baño, acostaros y preparar la comida. Trascurrida una semana seréis autónoma aunque estaréis limitada para el cuidado de terceros.
No es necesario curas especiales más halla de cambiar apósitos cuando estén manchados.
Debemos contar con una baja laboral mínima de 2 semanas, para actividad laboral en despacho y mínimo 6-8 semanas para actividad esencialmente física (jardinería, almacén).
Tras la intervención el paciente llevará una faja especial reforzada con un vendaje. Durante los primeros días el abdomen permanecerá algo inflamado y el paciente notará algunas molestias que serán controladas mediante medicación. El tiempo de ingreso hospitalario varía entre las 24-48 horas. Y al paciente se le dará instrucciones para llevar una vida lo más normalizada posible en los primeros días a la intervención. Se recomienda que el paciente comience a caminar cuanto antes pero no realizar deporte hasta semanas posteriores.
Generalmente no dejamos puntos externos en la piel, toda la sutura se realiza por dentro, pudiendo quedar algún cabo que será retirado en torno a las 2 semanas. La sutura interna es reabsorbible en un tiempo aproximado de 2-3 meses, tiempo suficiente para que se haya iniciado la cicatrización. El vendaje será sustituido por una faja abdominal que deberá utilizarse durante al menos un mes el mayor tiempo posible, pudiendo ser retirada para el aseo y puntualmente durante algunas horas.
Los resultados son visibles desde el primer día. Las pacientes refieren que la mejoría la notan con la desaparición de los eczemas, a la hora de llevar una camiseta ceñida, o al sentarse y no necesitar desabrocharse el pantalón. Algunas pacientes también manifiestan mejoría del dolor lumbar.
Siempre es recomendable para obtener unos resultados adecuados realizar una serie de ejercicios para reducir alteraciones posteriores a la cirugía y llevar a cabo una dieta equilibrada. Los resultados son definitivos, si se siguen las pautas indicadas. En pocas semanas el paciente podrá ver un abdomen plano y una cintura más tonificada.
El precio de la abdominoplastia suele rondar entre los 6.000-11.000 euros. La variación es tan amplia por la diversidad de Hospitales y clínicas que existen. No es comparable un Hospital de Día, sin camas de ingreso, que un Hospital de tercer nivel con todas las especialidades médicas y con camas de UCI. Otro factor muy importante es el profesional o equipo quirúrgico que será responsable por la intervención (para mí es sin duda el factor más determinante). El precio habitualmente es cerrado, incluye los honorarios del personal, de la clínica, el estudio anatomo-patológico del tejido extirpado, el estudio preoperatorio y las revisiones médicas. En muchas ocasiones, si existe una complicación suele estar incluido una revisión quirúrgica.
A todos nuestros pacientes el Hospital les entrega una factura aunque también pueden solicitarla en atención al paciente.
Todo los abonos se realizan mediante transferencia bancaria, pudiendo abonarse en metálico el importe establecido por ley.
La mayor parte de las pacientes que acude a consulta por estas intervenciones son personas que han intentado reducir esta zona con otro tipo de tratamientos (ejercicios, dietas, etc.).
Suelen ser personas obesas que han logrado bajar de peso y recurren porque esta pérdida de peso ha originado un exceso de piel y tejido subcutáneo.
Entre los pacientes que más consultan se distinguen:
La mayor parte de las pacientes que acude a consulta por estas intervenciones son personas que han intentado reducir esta zona con otro tipo de tratamientos (ejercicios, dietas, etc.).
Suelen ser personas obesas que han logrado bajar de peso y recurren porque esta pérdida de peso ha originado un exceso de piel y tejido subcutáneo.
Entre los pacientes que más consultan se distinguen:
La abdominoplastia, bajo nuestro punto de vista, no puede ser considerada nunca un procedimiento estético. La lenta recuperación, la cicatriz supraumbilical y periumbilical, implican la necesidad, para nosotros, de unos fundamentos médicos necesarios y no simplemente una motivación estética.
Por lo anterior contraindicamos la intervención de abdominoplastia si:
Bajo nuestro criterio los pacientes que se verían más beneficiados serían aquellos con:
Existen 3 perfiles de pacientes:
En términos generales diferenciamos entre abdominoplastia y dermolipectomía.
La abdominoplastia es el procedimiento por el cual se reconstruye la pared abdominal eliminándose piel, grasa y reposicionando la pared abdominal (intervención indicada a las mujeres tras los embarazos con diastasis de rectos ).
La dermolipectomía es el procedimiento por el cual se elimina únicamente el exceso de piel y grasa (intervención indicada tras pérdida masiva de peso sin diástasis de rectos).
La abdominoplastia o cirugía de abdomen, es una técnica quirúrgica que requiere ingreso en una clínica u hospital y se realiza dentro de un quirófano. Nunca debe realizarse dentro de una consulta.
La diastasis de rectos es la separación que se produce entre los músculos rectos abdominales. Estos músculos están unidos por la línea alba. La diastasis de rectos es fácil de apreciar colocando la punta de los dedos sobre la línea media del abdomen mientras se realiza un abdominal.
Durante los embarazos tanto la musculatura abdominal como la piel se distienden, recuperándose paulatinamente tras el parto. Sin embargo, en ocasiones, bien porque la distensión fue exagerada (embarazo gemelar, exceso de líquido amniótico, bebes macrosómicos “grandes”) bien porque existe una debilidad, la línea alba se distiende superando su límite de elasticidad. Una vez superado este límite el espacio entre los rectos abdominales se incrementa de forma irreversible. Una línea alba distendida pasados 6-12 meses tras el parto no vuelve a recuperase NUNCA. El tejido permanecerá distendido independientemente del fortalecimiento posterior que podamos realizar mediante ejercicio.
Dicho lo cual, hay que distinguir entre una distensión normal (parcialmente recuperable) de la línea alba de 1-2 cm y una distensión anormal superior a 3 cm tras los embarazos. La primera puede mejorar mediante ejercicio a través de la hipertrofia de la musculatura abdominal. La segunda como apuntaba anteriormente no mejorará nunca.
Las fajas postquirúrgicas ofrecen compresión de la zona intervenida, esta es esencial para prevenir el sangrado y mejorar la inflamación postquirúrgica.
Antes de la operación se realizarán un mínimo de 2 consultas, la primera informativa y la segunda en la que se le aclararan las dudas y se firmen los consentimientos.
Tras la segunda consulta se le facilitará el día de la intervención, habitualmente entorno a las 3 semanas tras la consulta, también se le informará sobre el día que debe acudir para el estudio preoperatorio. Este último se realiza habitualmente en un mismo día.
Una vez expuesta la musculatura abdominal se realiza la sutura o rafia de la misma. Unimos ambos músculos abdominales (se suturan la fascia “estuche” del recto anterior derecho con la del recto anterior izquierdo) disminuyendo el espacio entre ambos formado por una línea alba ensanchada, esta queda plegada hacia dentro. Generalmente, no es necesario colocar una malla salvo casos excepcionales.
Seguidamente se realiza otra incisión en la zona del ombligo y se procede a la separación de la piel en esta zona, exponiendo los músculos abdominales. Estos músculos se tensan y se unen a la zona media y proporcionan de esta manera un abdomen firme y una cintura más estrecha. Consiguiendo corregir la forma globosa de abdomen. La piel que ha quedado separada se estira en dirección al pubis y la piel sobrante se extirpa. El ombligo quedará colocado en su nueva posición.
Por último, se realizan las suturas correspondientes y el vendaje dejando unos tubos de drenaje para la eliminación de excesos de fluidos que pudieran acumularse en la zona de intervención. Una vez restaurado la pared abdominal se procede a extirpar el excedente cutáneo, se colocan los drenajes y se cierran las heridas.
Tras la intervención es colocada una faja compresiva.
Terminada la operación se despierta en una Unidad de Recuperación Postanestésica (URPA) del hospital. Es frecuente no sentir dolor, pero si presión en el abdomen. El cirujano pasará a comprobar que se encuentra bien y que los drenajes están permeables, antes de informar a sus familiares. Recordará muy poco del paso por la URPA. Tras pasar un tiempo en la URPA, puede ser muy variable, desde 30 a 120 minutos, será trasladada a la habitación.
En la habitación permanecerá sin levantarse y sin poder comer durante algunas horas, lo habitual es entre 4-6 h. Después de ese tiempo (4-6h), podrá ingerir líquidos. Estarás sondada y no podrás levantarte hasta el día siguiente. La principal molestia es la tensión en el abdomen, al suturarte la musculatura, además de la faja, la paciente tiene la sensación de que lleva un corsé dentro del abdomen.
La primera noche dormirá poco y mal. La abdominoplastia es un no proceso doloroso, no obstante, no está extenso de molestias. El dolor en una escala de 0- 10 tiene una intensidad de 2-3. Es cierto que hay pacientes a las que el proceso solo les produce leves molestias, pero también otras pacientes refieren que la intensidad es de 6. El dolor es muy subjetivo y la percepción puede variar mucho de paciente a paciente. Lo habitual es que no duela, pero se tengan molestias. La mayor parte de las pacientes describen el dolor como sensación de opresión en el abdomen. El dolor del abdomen lo tolerará, pero lo que sin lugar a duda llevará peor será el dolor de espalda. Sí, deberá dormir boca arriba durante un mes y le dolerá la espada de estar en esa posición los primeros días.
La faja es muy molesta y también la llevará durante un mes. Cuidado porque la faja crea “adicción”. Proporciona una sensación de protección que al retirarla crea incertidumbre.
En el primer día deberá hacer ejercicios con las piernas en los pies, pequeñas flexión- extensiones para bombear bien la sangre Los drenajes y faja compresiva no le facilitarán la movilidad.
Se le administrará una heparina en las siguientes horas tras la cirugía y deberá ponerla durante al menos una semana.
Como resumen es una noche que, pese a la medicación, se suele pasar mal por todo lo anterior.
2º/3ª DÍA, LA PARTE MÁS DURA
Lo habitual es recibir el alta el 2º-3º día, aunque en determinadas circunstancias (pacientes que vivan a más de una hora de Madrid) puede que necesite más días de ingreso. La gran mayoría de las pacientes se van sin drenajes a casa.
Este día en casa es, sin duda, el peor. La intensidad del dolor es máxima, aunque como subrayamos no es una intervención dolorosa y con la medicación, sea perfectamente tolerable. Recuerda que si limita los movimientos dolerá menos. El vendaje no puede retirarse y las pacientes deben asearse por partes, esto unido a que no se deberá levantar los brazos, le provocará que las axilas suden, lo que le hará sentirse muy incómoda. En este día le importará poco el resultado de la cirugía. Solo deseará quitarse el vendaje y poder darse una buena ducha.
No es inusual que aparezca un pequeña distímia, o como se dice en el argot popular un “bajón” anímico. Este día pensará: ¿quién me ha mandado a meterme en esto? Este día pensara que es imposible que en una semana pueda manejarse por sí misma. No obstante, lo harás. No solo se le inflamará el abdomen, sino que también lo hará todo el cuerpo (manos y pies).
Tiene que levantarse de la cama, si o si, y sentarse al sillón. MUCHO CUIDADO, le explicaremos como tiene que levantarse, primero deberá permanecer en la cama sentada 20 minutos y luego poco a poco levantarse. ES MUY FRECUENTE MAREARSE E INCLUSO TENER UN SINCOPE TRANQUILA ES NORMAL!!
Se le retirará la sonda y tendrá que ir al baño acompañada. El vendaje le producirá picor, puede que le salga alguna ampolla, no se alarme si una zona le molesta y otra no, o que se inflame más una zona que otra. No es infrecuente manchar la faja con un poco de sangre.
4º-6º DÍA, 1ª REVISIÓN
Este día experimentará una gran mejoría en las molestias, pero no te olvides que alguna molestia tendrás incluso meses después de la intervención.
Retirar el vendaje no le resultara agradable, molesta bastante. Llega el momento de verse… Se verás el abdomen muy inflamado sobre todo en su parte inferior. La cicatriz será muy llamativa, estará roja y es normal cierta exudación de sangre. Es habitual la formación de abundantes pliegues, estos irán disminuyendo con el paso del tiempo. No se alarme por la probable presencia de hematomas.
Es normal que tenga rojeces por el vendaje, alguna ampolla. Las marcas de rotulador salen con un poco de alcohol, o mejor la propia descamación la elimina en unos días.
Así pues, tendrá el abdomen raro, aunque misteriosamente puede que incluso se vea bien. (Les pasa a muchas pacientes) es muy frecuente notarse un estrechamiento de la cintura con la ropa. Desde este día puedes ducharte entera y mojarte la herida, siempre y cuando no la sumerjas. Tras la ducha hay que secar la herida y aplicar un antiséptico tipo cristalmina.
Es muy probable que haya perdido gran parte de la sensibilidad alrededor del ombligo y encima de la cicatriz. Con el paso del tiempo irá recuperándola. Aunque puede que en algunas zona la pierda de forma definitiva. Es habitual tener pequeños exudados (las cicatrices expulsan líquido). Ese líquido puede oler mal y el abdomen no estar infectado.
A partir del 7º-10º día muchas pacientes se reincorporan a su puesto de trabajo, siempre y cuando se a un trabajo no físico, tipo oficina. Importante recordar que habrá molestias y que algunas pacientes necesitan más tiempo.
Puedes ir realizando pequeños paseos diarios y reanudar paulatinamente tu actividad habitual. No se asuste si durante los primeros días le cuesta realizar deposiciones, es muy frecuente. Lo mejor para el estreñimiento es dar pequeños paseos e ingerir muchos líquidos. Si pasado el 6º día no acude al baño consulte con su cirujano.
12º-14º DÍA, 2ª VISITA DE CONTROL
Este día dirás que las molestias le han disminuido muchísimo, que prácticamente estás realizando una vida normal. Es normal que algunas molestias persistan, recuerda que ha de pasar un año para que todo se normalice.
Empezará a sentirse bien con la imagen de su nuevo abdomen, pero es muy frecuente cierta insatisfacción por la cicatriz, aún es muy visible, por los pliegues alrededor de la cicatriz y, sobre todo, por la inflamación de la zona infraumbilical (debajo del ombligo) y el pubis.
Debes empezar a aceptar tu nuevo yo, que no tiene por qué coincidir con el yo que te imaginaste. La inmensa mayoría de las pacientes se han incorporan a su trabajo alrededor de este día, si este no es físico. Puede iniciar la actividad física realizando paseos de 20 minutos.
21º-30º DÍA, 3ª VISITA, RETIRADA DE PUNTOS
Es habitual que no tengas molestias importantes y te muestres sorprendida por tu rápida recuperación. Has de haber reanudado completamente su actividad habitual. Siempre con la debida precaución.
Es normal que acuda con una sonrisa de oreja a oreja y haya visitado la peluquería, la ropa le sienta mejor y lo notas. No obstante, también es habitual que persista cierta inquietud por la cicatriz y la inflamación.
Las pacientes con un trabajo físico se incorporarán a partir de estas fechas. El deporte puede iniciarse con prudencia. Podrá comenzar a dormir hacia los lados. La faja puede ser retirada, aunque si la lleva durante un mes más, la recuperación puede ser más rápida.
45º-60º DÍA, 4ª VISITA
Lo habitual es haberse recuperado plenamente y haber iniciado la actividad deportiva. Ya no recuerda como era su abdomen y suele incidir en la cicatriz y sobre todo la inflamación. Hay que estar atento a la cicatrización para evitar que no haga una cicatriz hipertrófica o queloidea. No es infrecuente que se superficialice algún punto interno en forma de pequeño absceso.
90º-100º DÍA, 5ª VISITA
En esta visita lo habitual es quejarse de la inflamación de la zona infraumbilical y del pubis y hacerlo con insistencia. Se encuentras bien, para usted estará completamente recuperada y por ello se le hace más difícil creer que el proceso inflamatorio continúa activo. Estará satisfecha pero siempre recuerda que tarda un año en obtenerse el resultado final.
160º-180º DÍA, 6ª VISITA
La recuperación es prácticamente completa, la cicatriz es tornándose más pálida, los pequeños pliegues están prácticamente desaparecidos. Es normal que persista la insensibilidad de la zona umbilical. La inflamación seguirá bajando.
365º DÍA, 7ª VISITA
Aquí acaba el proceso. La cicatriz habrá mejorado mucho, pero es frecuente que continúe mejorando durante otro año más. Recuerde que este es tu abdomen y no el de una imagen en 3D, o el abdomen de otra paciente y debe aceptarlo como tal.
Ninguna intervención está exenta de riesgos. Dicho esto, cabe resaltar que las complicaciones no son frecuentes, siempre y cuando, se realicen por un cirujano plástico cualificado, en un centro adecuado.
Las complicaciones más frecuentes son el sangrado y la infección. Para evitar ambas se realiza una hemostasia cuidadosa y se suministras antibióticos de forma profiláctica. Otras complicaciones que pueden aparecer son las derivadas a una cicatrización anómala, con un ensanchamiento, o sobre elevación de la misma. Puede existir una intolerancia a los puntos que conlleve la apertura de una parte de la herida. La trombosis venosa, aunque rara, se tiene muy en cuenta a la hora de suministras medicamentos e indicar una serie de ejercicios para minimizar los riesgos.
Si bien hay que decir que se puede reducir el riesgo de complicaciones realizando la técnica de manera rigurosa y siguiendo las indicaciones ofrecidas por su cirujano. El tabaco también aquí juega en nuestra contra siendo recomendable dejar de fumar al menos 2 semanas antes de la intervención.
Los pacientes fumadores tienen un índice superior de infecciones quirúrgicas, necrosis cutáneas, hernias y retraso en la cicatrización. Además, tienen un riesgo incrementado por 3 de complicaciones en la cicatrización. Sin embargo, el hábito tabáquico no se ha relacionado con complicaciones mayores. Tampoco se ha relacionado con incremento de seromas la complicación más frecuente tras una abdominoplastia.
La vuelta a la normalidad puede estar en torno a las 3-4 semanas, dependiendo del estado físico previo de la persona. Es muy recomendable alrededor de este tiempo que el paciente inicie suavemente el ejercicio físico. El drenaje linfático ayudará a reducir la inflamación y disminuir alteraciones posteriores a la intervención. No es recomendable por contra, ejercicios fuertes hasta que la persona no se sienta con fuerzas. Además será aconsejable llevar una dieta equilibrada.
La cicatriz inicialmente de color rojo con el trascurso de los meses irá cogiendo un colon blanco. Hasta aproximadamente los 10-12 meses las cicatrices no alcanzara su aspecto definitivo, aunque no serán visibles por la zona en la que se encuentran (tapadas por bikini o braga).
INSTITUTO ESPAÑOL DE CIRUGÍA PLÁSTICA
Cuando pensaba como contestar a esta pregunta pensaba en mis compañeras: la Dra. López, una cirujana valiente y capaz afrontar los problemas quirúrgicos más complejos; la Dra. Rubio, quizás la persona más inteligente con la que haya trabajado; o la Dra. Gómez, que suma además un tesón y resilencia increíbles.
Todas ellas formadas en hospitales públicos, bajo el estricto programa de aprendizaje MIR avalado por el Ministerio de Sanidad, cuya nota de corte es de las más altas. La dificultad es comparable a las oposiciones a judicatura, inspección de hacienda, fiscal o notaria, al cuerpo diplomático,…
Todas pertenecen a la SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética, trabajando en algunos de los hospitales más punteros de España: Hospital La Paz y Hospital Puerta del Hierro.
Por si fuera poco, por encima de todo lo anterior, destacan por su calidez humana, su compañerismo y sus deseos de ayuda al prójimo, atributos primordiales para poder proporcionar una atención integral al paciente.
Comencé a interesarme por esta intervención tras comprobar el importante volumen de pacientes con esta patología y la gran satisfacción que provocaba entre las pacientes los resultados.
Pacientes que no desean intervenirse por motivos estéticos, sino por querer que el pecho no sea un hándicap en su vida. Cuantas más pacientes operábamos, más pacientes acudían a consulta, fuimos variando las distintas técnicas descritas adaptándolas para alcanzar los mejores resultados.
Operamos a mujeres jóvenes, que luego nos recomendaban a sus madres, es muy curioso, pero si siempre operamos a la hija y luego a la madre. A mujeres pertenecientes a los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, que no podía llevar el chaleco abrochado, a profesoras, monitoras de gimnasio, varias juezas,… todas con el mismo problema que les afectaba de forma diferente en su día a día.
Cirujano Plástico y Estético Especialista en Abdominoplastia
El Dr. Marco Amaya aporta a sus pacientes un punto de vista objetivo sobre la realidad sus problemas, contextualizandolos de manera individualizada. Ha sido elegido como el cirujano mejor valorado de Madrid y el 2º mejor valorado de España. Formado en la Universidad de Extremadura completo sus estudios en la Universidad de Sevilla. Licenciado en Medicina es especialista vía MIR en Cirugía Plástica Estética y Reparadora, miembro de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora SECPRE. Con experiencia internacional el Dr. Marco Amaya es experto en cirugía mamaria con especial interés en la cirugía de reducción mamaria, cirugía facial y corporal. Destaca por su afabilidad y su carácter empático.
Sí. Muchas veces se combinan técnicas como la abdominoplastia con la liposucción ya que son complementarias para un rejuvenecimiento completo del tronco. La liposucción ha de centrarse en los flancos para así no comprometer la vascularización de la piel del abdomen y conllevar a una cicatrización más lenta y/o de peor calidad. La valoración estará en manos del cirujano de si es necesario o conveniente realizar la intervención por separado o combinada.
Si. Durante las primeras semanas las cicatrices con muy visibles, poco a poco según van pasando los meses las cicatrices mejoran. No obstante, por desgracia para los cirujanos, la cicatrización, si la cirugía es llevada a cabo correctamente, depende enteramente de como cicatriza cada paciente. La cicatriz se intenta diseñar siempre lo más baja posible, sin embargo, en muchas ocasiones debido a las particularidades de cada caso hay que posicionarla más arriba. La cicatriz nunca es una línea recta perfecta, aunque puede ser diseñada así, las particularidades de cada piel e incluso en cada parte del cuerpo pueden ocasionar que la tensión cambie y como consecuencia queda alguna zona más alta que otra. ¡Siempre dentro de un orden, claro! En la mayoría de los casos, se puede aprovechar la cicatriz previa de la cesaría, pero algunas veces es imposible, y tenemos que hacer otra unos centímetros más arriba, por seguridad. La cicatriz queda cubierta en la mayoría (atención no siempre) de los caso por la ropa interior normal (no por ropa interior muy bajo o minimalista). No es infrecuente que la cicatriz periumbilical se hipertrofie. En resumen, la cicatriz se nota, (en casos excepcionales puede notarse muy poco) y como norma general queda cubierta por la ropa interior.
La cirugía dura aproximadamente entre 90-160 minutos en función de la complejidad de los casos y se asocian procesos añadidos como blefaroplastia, mastopexia, reducción de mamas, o liposucción de flancos este último el más frecuente.
No. El nuevo embarazo puede desencadenar el problema nuevamente. Dicho lo cual tenemos pacientes que se han quedado embarazadas de forma no planificada y no han tenido mayores problemas. Sin embargo, son embarazos que hay que seguir de cerca por parte del obstetra.
Si. Pueden revisarse cirugías previas, pero no se trata de hacer una abdominoplastias sino una revisión de la anterior.
Si. Es muy recomendable abandonar el consumo del tabaco o una reducción del mismo semanas antes de la intervención, ya que esto influye de forma positiva en la vascularización de los tejidos y ayuda a una mejor cicatrización. Sobre todo es de especial importancia si se combina con otra técnica como la liposucción.
Los estudios muestran beneficio para aquellos pacientes que abandonan el hábito tabáquico 4-8 semanas previas a la cirugía. Si bien, cada caso hay que valora de forma personal, ya que no es lo mismo una paciente que fuma 2 cigarrillo al día y tiene un IMC de 23 que otra que fuma 20 cigarrillos y un IMC de 32. Nuestra recomendación general es abandonar el hábito tabáquico al menos un mes antes de la cirugía.
Los estudios muestran beneficio para aquellos pacientes que abandonan el hábito tabáquico 4-8 semanas previas a la cirugía. Si bien, cada caso hay que valora de forma personal, ya que no es lo mismo una paciente que fuma 2 cigarrillo al día y tiene un IMC de 23 que otra que fuma 20 cigarrillos y un IMC de 32. Nuestra recomendación general es abandonar el hábito tabáquico al menos un mes antes de la cirugía.
Se considera obesidad si el IMC es superior a 30Kg/m2. La tasa de complicaciones en pacientes obesos se ve incrementada. Incrementándose hasta un 46,2% para pacientes obesos mórbidos (IMC > 40 kg/m2). Siendo las complicaciones relacionadas más frecuentemente con las complicaciones de la herida quirúrgica, los seroma y la trombosis venosas profunda. Si bien, existe controversia en los que respecta a pacientes con sobrepeso, aparece incrementado ligeramente el riesgo de estos sobre los pacientes con normopeso. La recomendación actual es recomendar pérdida de peso antes de la cirugía para pacientes con IMC>30. Dicho lo cual, existen casos seleccionado que asumiendo los riesgos e implementando todas las precauciones podrán ser valorados.
Las personas diabéticas tienen el doble de riesgos de sufrir un problema cardiovascular. La abdominoplastia es el procedimiento estético más realizado en pacientes diabéticos. Existen estudios contradictorios en cuanto a la incidencia de complicaciones en los pacientes diabéticos, probablemente por las diferentes estratificaciones entre las complicaciones que se tienen en cuenta y el tipo de diabetes del paciente. Aunque parece más que razonable entender que un paciente diabético mal controlado tiene un riesgos de complicaciones incrementado. El control con la hemoglobina glicosilada A1C debería ser inferior a 7 idealmente. Un paciente diabético con un correcto control de la glucemia puede ser intervenido sin que se incremente los riesgos de forma significativa.
La mini abdominoplastia ha de realizarse cuando existe un exceso de piel únicamente a nivel infraumbilical, debiendo dejar un mínimo de 10-11 cm entre el pubis y el ombligo. En estos casos no puede realizarse una plicatura de los rectos por encima del ombligo. Siendo por tanto un procedimiento infrecuente. La abdominoplastia ha de realizarse cuando existe acumulo de tejido supra e infraumbilicalmente. La extensión de la cicatriz dependerá sobre todo del exceso cutáneo. Idealmente la cicatriz deberá localizarse los más abajo posible, siempre que lo permita el caso. Está comprobada la seguridad de realizar liposucción al faldón cutáneo.
A la cicatriz transversal se le suma una cicatriz horizontal. Se utiliza principalmente en pacientes ex obesos mórbidos que presentar una gran flacidez en la zona superior del abdomen. Este tipo de intervención viene a presentar mayor número de complicaciones principalmente por el tipo de paciente.
El seroma es la complicación más frecuente pudiendo llegar a tener una incidencia 10-15%. Siendo más frecuentes en paciente obesos. Para evitarlo se utilizan drenajes hasta que el débito sea menor a 30-40 cc, también se pueden aplicar suturas para disminuir el espacio muerto.
Cuando el paciente es correctamente seleccionado el incide de compilaciones aunque incrementado no es significativamente mayor siempre que hablemos de paciente no obesos. La mayor incidencia de complicaciones en procedimientos combinados se produce en pacientes obesos, varones de más de 60 años.
Si no puedes contactar con nosotros, déjanos tus datos y nos pondremos en contacto contigo con la mayor brevedad posible.
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