Elevación de Pecho con el Cirujano Plástico Dr. Marco Amaya
Técnica quirúrgica consistente en recolocar y mejorar la forma de las mamas caídas y flácidas, con o sin prótesis, cuando las mamas además de caerse han perdido su volumen.
Técnica quirúrgica consistente en recolocar y mejorar la forma de las mamas caídas y flácidas, con o sin prótesis, cuando las mamas además de caerse han perdido su volumen.
La colocación del pecho en su lugar de origen, rejuveneciéndolo y recuperando su forma anterior. Las principales causas son envejecimiento, embarazos, variaciones de peso, o la misma lactancia con la que se pierde elasticidad y firmeza de la mama.
Oscila entre 2 y 3 horas, aunque puede variar según la complejidad de la intervención.
Se lleva a cabo generalmente mediante anestesia general. Es necesaria la hospitalización, aunque el paciente puede recibir el alta en el mismo día o 24/48 horas después de la intervención.
Después de la intervención es de 4-6.
Satisfactorios, consiguiendo unas mamas proporcionadas al cuerpo, con unas cicatrices que se intenta sean las mínimas y además serán tapadas por la ropa interior no siendo apreciables con cualquier escote.
Variable en torno a las 2 semanas, recomendando no realizar grandes esfuerzos los 4 o 5 primeros días.
La Mastopexia o elevación de la mama con prótesis, es una técnica quirúrgica que sirve para elevar y mejorar la forma de las mamas caídas y flácidas mediante una prótesis cuando además de caerse han perdido su volumen. Esto se produce con el envejecimiento, embarazos, lactancia y hace que la piel del seno pierda su elasticidad y por tanto su forma tendiendo a caer. Este fenómeno se conoce como “Ptosis mamaria”. Es una técnica muy utilizada para el rejuvenecimiento del pecho.
Esta técnica consiste en retirar la piel que sobra de la mama y recolocar el pezón y la areola en una zona más alta reforzando el pecho. Las suturas se colocan en torno a la areola, en una línea vertical hacia abajo desde la areola y a lo largo del surco de debajo de la mama. En ocasiones, cuando la mama es pequeña y no está muy caída, la incisión se produce solo alrededor de la areola. Es en este caso cuando se coloca la prótesis debajo del tejido mamario o debajo del músculo pectoral. Posteriormente se colocará un vendaje o un sujetador especial.
Para la mastopexia suele utilizarse anestesia general, donde el paciente quedará completamente dormido durante la operación no percibiendo así ningún dolor ni teniendo recuerdos de la intervención. En alguna ocasión puede utilizarse anestesia local más sedación.
La anestesia general se realiza mediante inducción intravenosa y mantenimiento inhalatorio.
La duración de esta técnica oscila entre las 2 y 4 horas, pudiendo variar dependiendo de la complejidad de la intervención.
Si la cirugía se acompaña de otro procedimiento o intervención, el tiempo puede aumentar.
Parte del éxito de la cirugía se encuentra en el cuidado postoperatorio. Es imprescindible seguir todas las indicaciones del cirujano. Después de la intervención es normal que la paciente se encuentre algo cansada.
Durante las primeras semanas sentirá algunas molestias que serán tratadas mediante analgésicos e irán remitiendo con el tiempo. Además, puede surgir una perdida temporal de la sensibilidad en el pezón y la areola, que también ira recuperando poco a poco. Además, las mamas no tienen una recuperación simultánea, pudiendo tener un mejor aspecto que la otra, que con el paso del tiempo se igualarán.
Normalmente a las 24 o 48 horas de la intervención la paciente recibe el alta y puede comenzar a hacer vida normal, aunque se recomienda no realizar grandes esfuerzos durante la primera semana. Deberá seguir una serie de revisiones durante los meses posteriores. Se recomienda que el paciente se realice masajes de forma rotatoria, comprimiendo y hundiendo levemente. También que guarde reposo durante las primeras 48 horas, limitar las actividades tanto deportivas como de otro tipo, evitar levantar los brazos, no tomar el sol los 2 meses posteriores a la cirugía y dormir boca arriba.
Los resultados obtenidos por nuestros pacientes son muy satisfactorios, consiguiéndose unas mamas proporcionales al cuerpo, con unas cicatrices mínimas tapadas por cualquier tipo de escote.
Este tipo de operación deja unas cicatrices permanentes, aunque con el paso del tiempo se irán notando cada vez menos.
Los efectos de estas intervenciones no son permanentes, depende mucho del cuidado de la persona, así como de futuros embarazos, variaciones en el peso, etc. Es recomendable para obtener unos resultados adecuados realizar una serie de ejercicios para reducir alteraciones posteriores a la cirugía.
Una vez pasado el primer mes la paciente podrá ver su figura más estilizada y armoniosa.
El precio de la mastopexia en Madrid depende de las condiciones de la paciente y, en función de ello, de la técnica y los materiales empleados para obtener el mejor resultado posible.
Por ello, es clave que te pongas en contacto con nosotros para que programemos un primer encuentro con el cirujano, quien analizará las características de la paciente y, en base a esta cuestión, realizará una estimación muy ajustada.
Conocer cuánto cuesta una cirugía de mastopexia en Madrid, en las mejores instalaciones y en las mejores manos del sector, se consigue poniéndote en contacto con nosotros y nos encargaremos de hacerte sentir cómoda y tranquila desde el primer momento en un entorno hospitalario, con los mejores medios tecnológicos para brindar un servicio integral a cada uno de nuestros pacientes.
Principalmente la candidata ideal para este tipo de intervenciones son mujeres que poseen mamas flácidas con poco volumen.
Suelen ser mujeres que después de un embarazo o una lactancia se han quedado con un pecho vacío o han sufrido una caída de este, para así recuperar la forma pasada.
Uno de los escenarios más comunes en los que las mujeres recurren a una cirugía de mastopexia es cuando, con el paso del tiempo, experimentan una caída considerable de los pechos, especialmente acentuados con el embarazo, la etapa de la lactancia o los cambios rápidos de peso. La caída de los pechos no sólo se da en grandes mamas, sino que también se puede observar en otros volúmenes, dándose una pérdida de elasticidad de los tejidos.
Como ocurre en el resto de técnicas de cirugía estética, no se recomienda someterse a una intervención de este tipo antes de que el cuerpo se desarrolle por completo. Una vez se ha alcanzado la madurez, las mujeres que consideren que tienen una posición de sus senos incorrecta o alejada de los cánones, pueden recurrir a un centro de cirugía plástica de confianza para arreglar esta cuestión.
Otro requisito importante es que la mujer interesada en disfrutar de la técnica quirúrgica que realiza día a día el Doctor Marco Amaya sea una persona sana y estable desde el punto de vista emocional, aspectos que se verifican en el primer encuentro entre especialista y paciente, el cual, en nuestro caso, es totalmente gratis. Una forma de saber exactamente si se necesita la acción de un cirujano es verificar si la areola y el pezón se encuentran por debajo de la posición del anteriormente mencionado surco inframamario.
La edad no supone en realidad un obstáculo para el desarrollo de esta operación, siempre que este asunto no afecte a su correcto desarrollo, por lo que lo mejor es que te pongas en contacto con nosotros y te asesoraremos sobre si es realmente aconsejado o no según tu caso
La mastopexia o elevación de la mama con prótesis, es una técnica quirúrgica que requiere ingreso en una clínica u hospital y se realiza dentro de un quirófano. Nunca debe realizarse dentro de una consulta.
La cirugía de elevación de pechos o mastopexia se divide en diferentes clases de técnicas en función de sus características o finalidades.
Cada una de las intervenciones que desarrolla el Doctor Marco Amaya y su equipo es muy diferente respecto al resto, por lo que es fundamental conocer a la paciente, sus características, impresiones, necesidades y expectativas para así decidir la modalidad más indicada.
A continuación, te explicamos las diferentes clasificaciones de operación de mastopexia o mamoplastia de elevación de pechos.
Cuando el volumen de las mamas no es muy grande o cuando hay un exceso de piel, la mastopexia recurre a unas prótesis mamarias para compensarlo y obtener los mejores resultados posibles.
Así, en las mujeres con poco pecho, se suele recurrir a la mastopexia con implantes para una mejor elevación de pechos.
En este caso, la cirugía no ocasiona un incremento del tamaño del pecho, sino que se remodela el tejido ya existente y se reubica el seno en la forma que se considere oportuna.
Esta técnica se ocupa de posicionar el conjunto areola-pezón orientado hacia arriba, corrigiendo así la caída del pecho. Así, la mastopexia periareolar es aquella que deja una cicatriz alrededor de la areola.
La caída de la mama, en los casos en que se requiere una mastopexia periareolar, se considera leve y no se necesita eliminar tejido y/o glándula mamaria en la zona inferior del pecho para conseguir la posición idónea.
En esta intervención, el cirujano se ocupa de retirar la piel alrededor de la areola para reorientarse hacia la parte superior.
Suele desarrollarse también para reducir el tamaño de las areolas, consiguiendo así la elevación natural de la totalidad de la mama, dejando una cicatriz muy disimulada sin necesidad de generar marcas adicionales en el surco o de forma vertical, que sí podrían verse a simple vista.
La prioridad de la mastopexia o la mamoplastia de elevación es la de reubicar el pecho en una disposición natural, evitando así posibles problemas de caída.
Otra de las cuestiones importantes relacionadas con el desarrollo de tratamientos de elevación de pecho es analizar las condiciones y características de la paciente para decidir cuál es la técnica más indicada para ella.
El uso de implantes hace que se combine la intervención de mastopexia con otra técnica muy común, como es el aumento de pecho, buscando así obtener los mejores resultados posibles, siempre que sus condiciones lo necesiten y que la paciente lo considere oportuno.
En definitiva, el objetivo final no es otro que darle una armonía estética a la figura de los pechos, colocando el pezón y la areola por encima del conocido como surco inframamario, el pliegue de la unión que podemos observar justo entre la mama y el tórax.
Escoger un tipo, forma o tamaño de la prótesis que se va a utilizar en la mastopexia debe ser un acuerdo entre el cirujano y la paciente. Si el cirujano se empeña en imponer su criterio o si permite todo aquello que le dices sin rebatir nada, debes desconfiar, puesto que el secreto del éxito es llegar a un consenso entre ambas partes para tomar la mejor decisión posible.
El Doctor Marco Amaya recomienda de forma individualizada los mejores procesos en función de los gustos y las necesidades de cada paciente, respetando en todo momento dos funciones principales en esta técnica quirúrgica: la seguridad y un aspecto totalmente natural.
Nuestra experiencia nos dice que nunca hay que pasarse con las dimensiones de las mamas o con la colocación del pecho, puesto que ocasionarían resultados muy artificiales y pueden poner en riesgo la salud de la paciente.
Los riesgos asociados a la mastopexia con prótesis de mamas no son frecuentes, aunque como cualquier tipo de intervención pueden existir complicaciones.
En este caso, para la mastopexia uno de los riesgos que se pueden producir es problema en la cicatrización. Otros riesgos asociados son:
No hay ninguna evidencia de que las prótesis produzcan cáncer de mama u otro tipo de enfermedades. El llevar una prótesis mamaria no impide realización de mamografías, así como tampoco influye en la lactancia materna.
No existe operación de mastopexia sin cicatrices, puesto que esta técnica conlleva la readaptación de los tejidos a la nueva imagen, lo que ocasiona unas cicatrices inevitables en la zona de los senos.
Las marcas de esta operación pueden ser areolares, verticales o en forma de T, siempre en función de cada caso concreto. De esta forma, la cicatriz después de una mastopexia a los 6 meses apenas se nota.
La vuelta a la normalidad está en torno a 48- 72 horas. Es recomendable durante este tiempo y hasta transcurrida unas 3-4 semanas que la paciente no realice grandes esfuerzos, así como limitarse con el ejercicio físico hasta una completa recuperación. Trascurrido este tiempo la paciente podrá hacer una vida normalizada.
INSTITUTO ESPAÑOL DE CIRUGÍA PLÁSTICA Y ESTÉTICA
Cuando pensaba como contestar a esta pregunta pensaba en mis compañeras: la Dra. López, una cirujana valiente y capaz afrontar los problemas quirúrgicos más complejos; la Dra. Rubio, quizás la persona más inteligente con la que haya trabajado; o la Dra. Gómez, que suma además un tesón y resilencia increíbles.
Todas ellas formadas en hospitales públicos, bajo el estricto programa de aprendizaje MIR avalado por el Ministerio de Sanidad, cuya nota de corte es de las más altas.
Todas pertenecen a la SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética, trabajando en algunos de los hospitales más punteros de España: Hospital La Paz y Hospital Puerta del Hierro.
Por si fuera poco, por encima de todo lo anterior, destacan por su calidez humana, su compañerismo y sus deseos de ayuda al prójimo, atributos primordiales para poder proporcionar una atención integral al paciente.
Cirujano Plástico y Estético Especialista en Reducción de Pecho
El Dr. Marco Amaya aporta a sus pacientes un punto de vista objetivo sobre la realidad sus problemas, contextualizandolos de manera individualizada. Ha sido elegido como el cirujano mejor valorado de Madrid y el 2º mejor valorado de España. Formado en la Universidad de Extremadura completo sus estudios en la Universidad de Sevilla. Licenciado en Medicina es especialista vía MIR en Cirugía Plástica Estética y Reparadora, miembro de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora SECPRE. Con experiencia internacional el Dr. Marco Amaya es experto en cirugía mamaria con especial interés en la cirugía de reducción mamaria, cirugía facial y corporal. Destaca por su afabilidad y su carácter empático.
Durante las primeras semanas la sensibilidad se verá reducida, pero esto irá remitiendo poco a poco y recuperando una sensibilidad normal.
Existen evidencias clínicas, que confirman que no hay influencia en portar una prótesis mamaria con la aparición de un cáncer de mama.
Una mujer portadora de una prótesis puede dar de mamar al bebé, ya que la lactancia no se ve afectada por la prótesis.
Los resultados de la elevación de mama no son permanentes, aunque sí duraderos. Dependerá del cuidado del paciente en este sentido, de embarazos, variaciones de peso, etc.
Siempre hay cicatrices después de este tipo de intervenciones, pero si las cicatrices son cuidadas adecuadamente, con el paso del tiempo se apreciarán menos.
Ser portadora de una prótesis no influye tampoco en el ejercicio físico. Tan solo se recomienda que no se haga ningún tipo de ejercicio extra durante los dos primeros meses. Transcurrido este tiempo, la paciente podrá realizar cualquier práctica.
Si no puedes contactar con nosotros, déjanos tus datos y nos pondremos en contacto contigo con la mayor brevedad posible.
911 41 25 09 / 622 75 60 00
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