Entrevista personal Dr. Marco Antonio Amaya
07/12/2020 | Dr. Marco Amaya
-Siempre dije que no entendía las vocaciones. Con 18 años no puedes comprender como será tú día a día en tal, o cual profesión, 20 años después. Cualquier persona puede ser feliz en cualquier oficio que ejerza con pasión.
La vida me ha traído hasta aquí. De pequeño por un problema del leguaje tuve que acudir durante años a un centro hospitalario, quizás en ese momento idealice la figura del médico. Estudiando la carrera durante las prácticas quedé impactado en el quirófano de cirugía plástica. Desde entonces, ser cirujano plástico se convirtió en un sueño que por fortuna se convirtió en realidad. Aunque no creo en las vocaciones, sí creo que las emociones son las responsable que escojamos uno u otro camino.
Un día normal me levanto entornos a las 6:00 hago deporte para comenzar una jornada a las 8:00 que suele acabar entorno a las 20:30 horas. Lo habitual es alternar entre quirófano y consulta y mañana o tarde.
-Para los médicos su principal hobbies es el trabajo, aunque suelo presumir de realizar deporte. Aunque lo catalogo como necesidad y no como hobbie.
Si mi mujer no fuera médica probablemente me hubiese dejado-, jejejej ríe. -Solo otro médico puede entender porque si el último paciente está programado a las 20:00 llegas a tu casa a las 23:30. Lo pasas peor por los hijos, sientes miedo por si ellos sienten tu falta.
No me suelen preguntar por mi edad, pero si me suelen decir que soy joven. Para mí personalmente acercándome peligrosamente a los 40 que alguien me diga que soy joven es un halago. Es cierto que en la vida existen ciertos estereotipos y aunque en la gran mayoría de profesiones los mayores logros se consiguen en la juventud (nadie se espanta por ver a un adolescente de 18 años tocar magistralmente el violín, realizar un complejo problema matemático o crear una aplicación) en medicina el buen médico tiene que rebasar los 50. A veces, explico que como en todas las profesiones hay gente con y sin talento. Es una cosa con la que se nace o no. Lo que ocurre es que los reconocimientos vienen después.
La experiencia te permite abordar los problemas por perspectiva, aunque a veces esa misma perspectiva es un lastre. En ocasiones para darle solución a un caso, algún compañero me ha interpelado por tal o cual técnica, aduciendo a que llevaba 30 años de experiencia realizando el procedimiento. Entonces le explico que lleva 30 años de experiencia realizando el procedimiento como se hacía hace 30 años.
Saliendo del lado cómico la innovación en medicina es continua y resulta difícil mantenerse al día.