Sin lugar a duda, la principal indicación ante la reducción mamaria, es que el pecho provoque molestias a la paciente. Estas pueden ser bien, dolor en cuello y hombro, o calambres en las manos. Otros problemas serían la dificultad de realizar actividad deportiva y/o alcanzar una posición cómoda tumbada. En la inmensa mayoría de los casos se une el binomio pecho grande y caído, ya que el origen del problema es la falta de sustentación del pecho. Curiosamente la parte estética suele ser secundaria para las pacientes, aunque la mejora sea notable tras la cirugía.
Podríamos agrupar a las pacientes que acuden a la consulta, con motivo de una reducción mamaria, en dos grupos de edad: aquellas mujeres con 17-27 años que sufrieron un desarrollo desproporcionado y las pacientes con 35-55 años en la que, tras los embarazos, o con el paso de los años han sufrido un incremento de volumen del pecho unido a una caída del mismo.
En ambos grupos para que los beneficios de la reducción mamaria sean significativos deben coincidir 4 puntos:
- Molestias que dificulten el día a día.
- Tamaño desproporcionado y falta de sustentación.
- Peso estable. Las pacientes con sobrepeso y casos seleccionados de pacientes obesas pueden ser intervenidas, aconsejando a estas últimas una pérdida de peso previa a la intervención.
- Deseos genésicos cumplidos o lejanos. Es decir, bien que ya hayan tenido hijos, o se planteen en un futuro a medio plazo.
Os dejamos un link para las pacientes que estén interesadas en saber más sobre la intervención.
Un saludo.
Dr. Marco Amaya